domingo, febrero 19, 2006

Niebla Densa Niebla

Hay que ver qué molesta resulta algunas mañanas,
cuando me levanto, la espesa neblina que se cuela en las habitaciones de mi casa.
No, no es humo, es niebla, nubes blancas húmedas blandas, cálidas.

Suena el despertador del móvil, una luz que parpadea se enciende en la lejanía de mi mesita de noche. Y si dejo de coger el móvil en ese instante doy casi por hecho que encontrarlo en menos de diez minutos va a ser una tarea sino imposible,
sí harto difícil.
Me levanto como un zombi. Tanteo con los pies en el suelo hasta que encuentro las zapatillas, estratégicamente colocadas, me las pongo y camino hasta el baño. La fuerza de la costumbre hecha ritual impide que me pierda en medio de esta niebla que no deja lugar a la transparencia.

Todas las demás tareas que efectúo antes de salir trotando de casa porque ya voy tarde y pierdo el autobús, tales como ducharme, vestirme, desayunar darle un beso a mi madre o achuchar al perro están planificadas milímetro por milímetro desde hace ya tiempo, justo poco antes de que la niebla se nos metiera hasta en los armarios.

De dónde viene? A dónde va?...Es un pequeño misterio de esos que ya nadie quiere resolver porque ahora ya la vida es más fácil así.

A pesar de que mis progenitores y hermano y creo que incluso perro discrepan de mi posición...prefiero recordar y revivir esos momentos en los que las cosas tenían forma, color y profundidad. Y pese a que puedan leer esto y puedan censurarlo o censurarme, sigo buscando como una enamorada un lugar que no haya conquistado la densa niebla para establecer mi hogar.