Arcano XIII
Veo un sendero que se aparta del camino.
Las ovejas mansas seguirán marchando,
mientras,
tuerzo mis pasos para soplar después que el viento.
Ya no me asusta andar con la noche.
Tengo hermanos y hermanas que me susurran los pasos.
Tengo las manos preparadas.
La mirada armada.
La voluntad encendida.
El fuego fatuo que corre delante de mí no es sino el reflejo
del espejo de una princesa traviesa.
Serán mi hogar las cañas y las hojas secas?
A la lumbre, debajo del río, vestiré mi cama,
mientras,
rozan los peces mis pies dormidos.
Sólo la Luna conocerá mi nombre.
Y si el Sol quisiera llamarme,
otros testigos de las flores nocturnas
tendrían que hablar,
cantar
y hasta ladrar,
cómo mi madre
al tenerme en su vientre,
me despertó.
Las ovejas mansas seguirán marchando,
mientras,
tuerzo mis pasos para soplar después que el viento.
Ya no me asusta andar con la noche.
Tengo hermanos y hermanas que me susurran los pasos.
Tengo las manos preparadas.
La mirada armada.
La voluntad encendida.
El fuego fatuo que corre delante de mí no es sino el reflejo
del espejo de una princesa traviesa.
Serán mi hogar las cañas y las hojas secas?
A la lumbre, debajo del río, vestiré mi cama,
mientras,
rozan los peces mis pies dormidos.
Sólo la Luna conocerá mi nombre.
Y si el Sol quisiera llamarme,
otros testigos de las flores nocturnas
tendrían que hablar,
cantar
y hasta ladrar,
cómo mi madre
al tenerme en su vientre,
me despertó.
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